sábado, enero 28, 2006

Las treinta y ocho miradas de un filósofo perdido


La lectura algunas veces es un acto doloroso, sobre todo cuando se descubre que entre la desolación y la carcajada existe una intima correspondencia.
En «Las treinta y ocho miradas de un filósofo perdido» Rafael Félix (Los Mochis, 1972) , busca continuamente precisar la realidad que se construye o se destruye alrededor de una dolencia sumamente agria: vivir.
El esfuerzo por sostenerse sobre la alegría del asco, el dolor y el destino trágico, a través de cosas simples cómo: la TV, la economía, la evocación de los muertos y la vida misma, hace que el poeta nos lleve de la prosa al verso, en líneas repletas de carcajadas en estado agónico que nos dejan siempre, el gesto anterior a la sonrisa.

BOYCOTT


La poderosa marca Coca-Cola lanza en europa su nueva campaña: Boycott, donde pretende concientizar a los jovenes europeos contra la violencia. Acá les presento el cartel que circula en España.

viernes, enero 27, 2006

Salvatore Quasimodo (1901-1968)

Podemos diferenciar a Salvatore Quasimodo en dos etapas: la primera corresponde a los poemas publicados en la antología Y de repente la tarde y a su obra poética publicada hasta el final de la segunda guerra mundial, en los cuales utiliza una forma «escueta», casi minimalista, conviviendo con un estilo fuertemente simbólico, hermético. Notablemente influenciado por los poetas franceses Paul Valéry y Stéphane Mallarmé, y con los cuales acabaría conformando lo que ha sido denominado escuela hermética italiana.Una vez terminada la guerra, al desaparecer la censura (en algunos temas, claro está), los temas de la poesía de Quasimodo se vuelcan en la problemática social, utilizando hábilmente la analogía entre las esclavitudes humanas actuales y los mitos griegos; abandona entonces el hermetismo y desarrolla una poesía más clara y vital.
Quasimodo gana el premio Nobel de Literatura el año de 1959, donde pronunció su discurso frente a la academia sueca: « El poeta y el político» donde reafirma su ideología de la labor social del poeta. Dejo aquí uno de sus poemas. Sin duda, Salvatore Quasimodo es uno de los poetas que uno debe leer con detenimiento y esforzándose por tratar de llevar nuestras pobres almas a el espacio temporal donde se escribieron sus textos.


De tierna mujer echada entre las flores

Se adivinaba la estación oculta

por el ansia de las lluvias nocturnas,
por los cambios de las nubes en el cielo,
undosas leves cunas;y yo estaba muerto.

Una ciudad suspendida en el aireera mi último exilio,
y en torno me llamaban
las suaves mujeres de otros tiempos,
y la madre, renovada por los años,
con su dulce mano escogía entre las rosas
y con las más blancas ceñía mi cabeza.

Afuera era de noche
y los astros precisos seguían

ignotos caminos en curvas de oro
y las cosas vueltas fugitivas

me llevaban a rincones secretos
para hablarme de jardines abiertos de par en par
y del sentido de la vida;

pero a mí me dolía la última sonrisa
de tierna mujer echada entre las flores.

sábado, enero 21, 2006

Salvatore Quasimodo

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y de pronto anochece.
(De «Aguas y Tierras», 1920-1929)

miércoles, enero 11, 2006

Por la parte de Swann


Priemera entrega en la que Marcel Proust nos conecta con lo que sería su obra maestra: En busca del tiempo perdido (1913-1927). obra de 16 volúmenes, considerada como una de las cumbres de la literatura universal. Proust nació en París, el 10 de julio de 1871 en el seno de una familia adinerada.
Esta obra de Proust describe con minuciosidad la vida física y, sobre todo, la vida mental de un hombre ocioso que se mueve entre la alta sociedad. Toda la obra es un largo monólogo interior en primera persona, y en muchos aspectos es autobiográfica. La primera parte, Por el camino de Swann (1913), cuya primera edición fue sufragada por el propio Proust, pasó desapercibida. Cinco años más tarde apareció A la sombra de las muchachas en flor (1919), que resultó un gran éxito y obtuvo el prestigioso premio Goncourt. Las partes tercera y cuarta, El mundo de los Guermantes (2 volúmenes, 1920-1921) y Sodoma y Gomorra (2 volúmenes, 1921-1922), también recibieron una excelente acogida. Las tres últimas partes, que Proust dejó manuscritas antes de su muerte, se publicaron después de su muerte: La prisionera (1923), La desaparición de Albertina (2 volúmenes, 1925) y El tiempo recobrado (2 volúmenes, 1927). La importancia de las novelas de Proust reside no tanto en sus descripciones de la cambiante sociedad francesa como en el desarrollo psicológico de los personajes y en su preocupación filosófica por el tiempo. Cuando Proust trazó la trayectoria de su héroe desde la feliz infancia hasta el compromiso romántico de su propia conciencia como escritor, buscaba además verdades eternas, capaces de revelar la relación de los sentidos y la experiencia, la memoria enterrada que de pronto se libera ante un acontecimiento cotidiano, y la belleza de la vida, oscurecida por el hábito y la rutina, pero accesible a través del arte. Trató el tiempo como un elemento al mismo tiempo destructor y positivo, sólo aprehendible gracias a la memoria intuitiva. Proust percibe la secuencia temporal a la luz de las teorías de su admirado filósofo francés Henri Bergson: es decir, el tiempo como un fluir constante en el que los momentos del pasado y el presente poseen una realidad igual. Proust exploró con valentía los abismos de la psique humana, las motivaciones inconscientes y la conducta irracional, sobre todo en relación con el amor. Esta obra, traducida a numerosos idiomas, hizo famoso a su autor en el mundo entero, y su método de escritura, basado en un minucioso análisis del carácter de sus personajes, tuvo una importante repercusión en toda la literatura del siglo XX.
Proust en su obra, sobre todo en Por la parte de Swann, incluso puede llegar a conectarse tanto con ese ser débil, el niño asustadizo que todos llevamos dentro, en nuestros mas profundos viajes hacia el centro de nosotros mismos, que tal parece, que nos esta narrando parte de nuestras vidas.